Estoy volviendo a ver Sex and the City. La primera vez que vi la serie fue a ratos, en mi infancia, cuando la pasaban en la televisión. No recuerdo si mi mamá la veía o no, pero tengo recuerdos vagos y tampoco entendía mucho. Sin embargo, me quedó la mágica impresión de mujeres independientes, pasando tiempo con sus amigas, vistiendo ropas coloridas y viviendo en la gran ciudad. ¿Qué mejor que eso?
Aunque en ese tiempo prefería ver Desperate Housewives, que ahora comprendo más, ya que soy mayor. Hace un par de años intenté ver Sex and the City en orden, pero tuve que dejarla cuando Carrie (alerta de spoiler) se convierte en amante de Mr. Big mientras él está con la famosa Natasha (¡she was that girl!). Ahora, tiempo después, a mis 22 años, que es relativamente poco en cuanto a experiencias de vida, pero después de algunos amores y un corazón roto reciente, puedo decir que entiendo más por qué odiaba tanto a Carrie. Es un reflejo mío, de nosotras, especialmente de en quién nos convertimos cuando amamos.
La gente siempre dice que se desconoce cuando ama, pero siento que en ese estado estamos en nuestra forma más cruda y real. Cuando nos enamoramos, las hormonas y químicos del cerebro nos vuelven locos, sí, pero también sacamos actitudes y pensamientos que de otra forma tendríamos encajonados. Supongo que empezamos a actuar desde nuestra niña o adolescente interior que no pudo entender y afrontar muchas cosas. Al enamorarnos, nos encontramos en nuestro estado más vulnerable, y debemos permitir que nos vean.
Por alguna razón, empecé a ver la temporada seis primero (desconocía que era la última) y luego seguí con la primera. De la primera temporada a la última, Carrie es muy diferente. En la primera, es juguetona, le gusta experimentar, se divierte con sus amigas y sale con chicos muy distintos. Pero luego ocurre lo más terrible que le puede pasar a cualquier mujer: conoce a Mr. Big, que, para colmo, se llama John. Desde el momento en que se conocen, toda la serie y la vida de Carrie giran en torno a este hombre, que la mayoría encontramos bastante estúpido y desinteresado. Supongo que muchas odiamos a Carrie por amar y adorar a un hombre que claramente no está interesado en ella. En realidad, todas hemos estado en esa posición en algún momento. Aquellas que dicen que nunca harían algo así, espero que no pasen por ello. La primera vez que uno se enamora de verdad en la adultez es un viaje bastante loco. Tal vez Carrie llegó a extremos con Mr. Big, pero creo que muchas podemos identificarnos de alguna forma.
Mr. Big es un hombre blanco, adinerado, elegante, limpio, manipulador y desinteresado por Carrie. Yo sigo creyendo que nunca la amó. Carrie tampoco lo amó a él, pero amar a alguien es un concepto complejo, sujeto a muchas variables. Ambos se "amaban" desde un lugar de conveniencia, algo que todos hacemos. Carrie comenzó a amar a Mr. Big desde un lugar de desesperación al no encontrar el amor y la atención que ella daba. Mr. Big la amaba cada vez que no podía tenerla; la amaba desde un lugar de posesión. Carrie era para él una adquisición, y solo él podía decidir cuándo jugar con ella. Cuando no podía hacerlo, regresaba a ella jurando ser el hombre de su vida.
Creo que todas hemos estado en la posición de Carrie, actuando como desinteresadas y "cool", cuando en realidad es todo lo contrario, para no "espantar" a nuestras parejas. Amar con intensidad también debería tener límites para que sea saludable. Pero, como mujer neurótica, es una pesadilla haber tenido que fingir muchas veces ser la chica "cool" para que una pareja no se fuera. Con el tiempo se aprende que donde tienes que ocultar quién eres y lo que haces, no es tu lugar. He pasado por relaciones relativamente cortas, pero siempre termino dándome cuenta de que amo con demasiada intensidad, y esto, a la larga, termina siendo abrasivo para mí y para los demás. Por ello, a mis 22 años, decidí ir a terapia, que es un privilegio, pero si puedes acceder a ello, siempre será de ayuda. Todas crecemos con ideas muy distintas de qué es el amor y para quién es. Se nos olvida enseñarnos que la primera persona a la que deberíamos dar todo este amor es a nosotras mismas, a nuestros cuerpos y mentes.
En la temporada seis y última, Carrie ha consolidado más su identidad. Es una mujer más madura. Cuando sale con Aleksandr Petrovsky, por un momento pensé que todo marcharía bien, hasta que la Carrie de la primera temporada vuelve a aparecer y empieza a decidir toda su vida en torno a un hombre: deja su trabajo, su apartamento, la ciudad y sus amigas por acompañar los sueños de Petrovsky. Esto me retorció el estómago; me provocó una tristeza similar a ver a una amiga o familiar perdiendo su vida en pos de su pareja, como tantas veces hemos escuchado, visto o vivido. No importa el país o la época, todas pasamos por esto.
¿Es misógino odiar a Carrie Bradshaw? No sé, tal vez un poco, pero es un personaje que me gusta porque está lleno de errores. Comete actos negativos, sabe que le van a afectar a ella y a las personas a su alrededor, y aun así los hace. Es un personaje realista (no un modelo a seguir). Creo que es positivo que haya representación de mujeres así en lo que consumimos. En Sex and the City tenemos varios arquetipos: Samantha, Miranda y Charlotte. Todas tienen personalidades increíblemente diferentes, pero al final la vida de todas gira en torno a los hombres. Aunque lo neguemos, esto nos pasa a todas. Vivimos en un mundo que nos educó para esto, y todas las mujeres de la serie ven sus vidas afectadas o beneficiadas de alguna forma por estos hombres.
Llevo algún tiempo contemplando esta idea: cómo descentralizar a los hombres como eje de nuestras vidas. Aún no he logrado centrar mis ideas alrededor de esto, o más bien encaminarlas. Me parece una tarea necesaria, más si estás como yo en tus 20, una etapa de exploración y descubrimientos. Pero también es una etapa donde el tema de las parejas parece ser lo único que hablamos entre amistades. A veces, sería bueno contar con espacios de recreación donde no haya que escuchar ni mencionar a los hombres, el sexo, las parejas, manipulaciones y tácticas de conquista. A veces quiero no escuchar nada de eso, fingir por un momento que los hombres no son todo en el mundo y que, por un momento, solo estamos mis amigas y yo.
Sex and the City siempre me ha parecido una serie curiosa. Todos sus personajes cometen errores; no son perfectos. La serie celebra la promesa de la gran ciudad, la libertad y el sexo, cosas que me parecen muy americanas. Se dice que celebra a la mujer libre y moderna, pero realmente gira en torno a los hombres. Es duro decirlo, pero cada vez que las chicas están en un café o bar nuevo y costoso de Nueva York, lo único que hablan son de hombres: de la cita de la semana, del idiota de Steve, de alguna técnica nueva de Charlotte para ser la mujer perfecta para su pareja. O cuando alguna intenta hablar de otro tema, Carrie tiene la costumbre y creatividad de siempre relacionar lo que sea con Mr. Big. Todas estas cosas también las he hecho, y mis amigas también. Más que un mal hábito, es un sistema de costumbre en el que estamos. Esta es la normalidad.
Tampoco quiero decir que cuando no hablo de hombres con mis amigas,que solo hablamos de temas académicos. No considero que sea necesario hacerlo. Puede haber espacios de recreación donde hablemos tonterías y cosas cotidianas perfectamente. Con este comentario tampoco quiero adoptar un enfoque elitista ni, tras todo, misógino. Podemos tener espacios que sean únicamente de recreación y descanso, libres del tema de los hombres o las parejas. Pero sé que esto es muy difícil. Además, estar soltera o en pareja no nos hace mejor o peor que nadie.
Sex and the City es una serie de comedia y entretenimiento, pero como mujer no deja de ser un espejo, donde a veces me entristece o me enfurece. De alguna forma, me veo reflejada en todas o veo lo que quiero ser o no. Me alegra que ahora las mujeres de mi edad tomemos la serie como entretenimiento y no como una guía. Creo que heredamos de nuestras madres y las madres antes de ellas esta idea de que debemos tener a un hombre a nuestro lado para tener una vida plena y completa, cuando en muchos casos es lo contrario. Ahora que estoy en mis veintes, siento que tengo tantos deseos y metas que a veces creo que podría explotar. Me siento llena de vida, y agradezco a las mujeres que nos precedieron, que han sido pioneras de nuestra libertad.
Siempre miro la cultura de los 2000 y creo que ha sido de las más tóxicas para las mujeres: las dietas, los estándares corporales, la mujer ideal de esa época, la mujer empresaria. Al final del día, todas estas mujeres perfectas de los medios también eran despedazadas por la prensa, y siento que lo mismo sucede con las mujeres en Sex and the City. El observador ve cada aspecto de sus vidas, todas diferentes entre sí, y aun así todas criticadas. No considero que sea malo ser como Charlotte, Carrie, Samantha o Miranda. Todas somos nuestra propia mujer. Ninguna es perfecta y cometeremos errores. Lo importante es aprender de estos y no pretender que nunca nos vamos a equivocar.
No creo que haya nada más emocionante que ser una mujer en sus veintes y poder explorar la vida, el placer y las amistades. Es el tiempo más emocionante que he vivido en mi relativamente corto recorrido por la vida. También me emociona llegar a mis treinta y así sucesivamente, pero si eres alguien con más años, te invito a explorar tu propio placer, a pensar qué quieres para ti. Visualiza tu vida en el futuro: ahora, ayer, ¿qué cambiarías? ¿Realmente necesitas a ese hombre que no contesta mensajes? ¿Al que tiene la madurez emocional de un niño? ¿A la pareja que has tenido que mantener? Todas estas situaciones nos enseñan algo, pero al menos, si vas a cometer errores, que sean nuevos. Debemos intentar no volver a viejas parejas. Ya sabemos sus trucos. Siempre he insistido en que de todo se aprende. Por lo menos, adquiere un nuevo aprendizaje y recuerda que, con cualquier pareja o persona, nadie te puede obligar a nada y que si haces algo, sea desde tu seguridad y porque te nace hacerlo. Esto aplica para todo.
Ser como Carrie no es malo. Quedarte así toda la vida sí lo es. Teniendo las herramientas y conocimientos que tenemos ahora, que no tuvieron nuestras madres, por ejemplo, podemos aprender mucho de Carrie y de las mujeres que nos rodean,todas podemos ser espejos de todas. En Sex and the City y en nuestras vidas, veremos lo dañino que es suprimir nuestros deseos y aspiraciones por encajar en una pareja, un espacio, una relación. Debemos estar siempre en un constante aprendizaje y cambio. Escucha a tus amigas, pregúntales por su semana e intenta, al menos una hora, no hablar de hombres ni parejas.
Sex and the City también nos enseña lo esencial de las amigas y las mujeres en nuestras vidas, y creo que es el mayor regalo que he tenido en mi vida: en mis veintes, una comunidad de mujeres.
Vi esta serie por primera vez este año y no se que tanto tenga que ver con el tema pero una de las cosas que pude aceptar en mi gracias a Carrie es mi cabello rizado, ver la seguridad con la que ella lo lleva me pareció reconfortarte ya que crecí en un entorno donde tener el cabello rizado es sinónimo de descuido o cero elegancia. Me gusta mucho como escribes!!
Me ha encantado! Es de mis series favoritas y definitivamente nos deja muchísimo aprendizaje como mujeres (si lo sabemos discernir, claro)
Gracias por escribir esto, me ha alegrado mi día. 💘